Empiezo cada año con un plan; con unos propósitos que al mitad de enero ya he dejado caer. Mi propósito para el año 2017 es “tener menos propósitos”. Mis otros propósitos son buenos, también. Uno es “escribir más frecuentemente”. Espero que te guste mi nuevo blog!
Apenas volví de Liverpool, mi hogar entre mis dos hogares normales (Bristol y Edimburgo). Entre el 3 y el 7 enero, la Universida de Liverpool organizó la primera reunión conjunta de VMSG, TSG, y BGA, tres colectivos de geólogos británicos. Yo fui como miembro del VMSG (Grupo de Estudios Magmáticos y Volcanológicos), pero me gustó el espíritu comunitario de la reunión conjunta. Disfruté de mi primera conferencia, y aprendí las siguientes cosas:
- ¡Estábamos docenas de volcanologías! Aproximadamente 400 científicos llegaron a la conferencia.
- Aún si estábamos docenas, no quería decir que teníamos mucho en común. Me sorprendió mucho que dentro el mundo esotérico que es la volcanología británica, hay tal gran variedad de intereses que no encontré más que unos veinte otros científicos que compartieron conmigo el interés particular de teledetección de erupciones.
- Todavía no sé la palabra colectiva para describir un grupo de volcanólogos. ¿Qué puede ser?
- Antes de la conferencia, mis expectaciones cambiaron entre “que será una conferencia casual, como una reunión entre amigos” y “que será una reunión formal entre los líderes de la disciplina”. En realidad fue un evento que abarcó los dos, y otras cosas además: una conferencia geológica puede ser una oportunidad para toparse con amiguitos, para desarrollar redes profesionales, para tomar en una ciudad desconocida, o para conocer otros volcanólogos en su ambiente natural.
- Mejor irse sin expectativas, porque así no te decepcionarás y las mejores partes serán inesperados.
Sobre la última punta, mi parte favorida de la conferencia fue la charla dado por Dra. Sue Loughlin, que ganó el premio Thermo-Fisher de 2017. Su charla, llamado “Monitoreando, reportando, y esperando la actividad volcanológica: ¿es posible?”, contuvo dos puntos que me pareció súper interesante:
- Es indispensable seguir monitorizando volcanes durante periodos de tranquilidad, para establecer un nivel de actividad minima de que se puede distinguir actividad elevada.
- Es esencial que los científicos que quieren monitorizar un volcán extranjero apoyen, y no socaven, los esfuerzos de los científicos locales.
Tal vez ambos puntos son obvios. Pero sino:
Punto 1 es fundamental, y observable entre disciplinas. Fíjate de un ensayo clínico de drogas: una mitad de los participantes han tomado un medicamento; y la otra mitad, un placebo. ¿Cómo se puede distinguir cambios en comportamiento si no hay una base para comparar? Además, monitoreo basal en volcanología es importante para entender los cambios que desarrollan en largo tiempo, y – según yo – mejorar el entendimiento de cambios de largo tiempo es disminuir la incertidumbre vinculado con la actividad volcánica. Claro que es chido observar el erupción de un volcán en tiempo real – pero la erupción es más interesante si hay el contexto (por ejemplo, no estaba explotando el volcán hace diez minutos).
Punto 2 es crucial. Supongo que hay ejemplos en que trabajaron juntos científicos internacionales y nativos, cuando todo se armó; y supongo que por otro lado hay ejemplos en que los científicos internacionales intervinieron en los hechos buenos de científicos maternos. Tal vez no hablo de nada profundo. Pero según yo la colaboración entre científicos (o internacionales o maternos) es una cuestión del respecto: respecto por los nativos, que saben las reglas y las costumbres de su país. La responsabilidad de fomentar la colaboración es de ellos que viajen desde el extranjero – o al menos, al principio es su responsabilidad. No mereces el respecto hasta que lo des. Fomentar la colaboración será un gran reto de mi proyecto. Cuando voy a Guatemala para trabajar, quiero contribuir positivamente a las esfuerzas de mi colegas guatemaltecas; no quiero aprovechar del conocimiento y los hechos de INSIVUMEH si ayudar por mi parte.